Te mueves en la frontera
entre luz y oscuridad.
Sigo tu estela,
en silencio.
Apenas dejas una sombra en la acera.
Y no hay huellas que pisar.
Recuerdo cuando era niño
y jugaba a andar sobre otras pisadas
y representaba vidas desconocidas,
siempre llenas de secretos y crímenes.
Te acercas al final del callejón.
Pensativa.
Y te siento camino.
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