Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop
Mostrando entradas con la etiqueta fotografías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fotografías. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de junio de 2025

Los lunes de Anay. Sendas...



"tenemos sed
 y paciencias de animal"

                                   JUAN GELMAN


una última cosa

si las preguntas
¿cómo estás?
¿cuántos años tienes?
¿cuáles son tus planes para mañana?
hacen que te sientas suspendido
como el tiempo en la costa
antes de un huracán
déjame advertir
que una caminata
bajo un clima adecuado
pudiera terminar en otro país.

                                            JORGE ORLANDO CORREA




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 26 de mayo de 2025

Los lunes de Anay. Ejes...


"Ay el tiempo! Ya todo se comprende"

                                                      JAIME GIL DE BIEDMA


LA ESTANCIA

Cada uno
persigue la estancia
que ajuste los pasos
del día anterior.

Cada uno
resiste un error.
Cada uno, un dolor.

De ahí la conciencia.

                                ANAY SALA



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 12 de mayo de 2025

Los lunes de Anay. Rostros...












"Dicen que es ilusión y que es estéril,
 pero ojalá te ocurra alguna vez"

                                                     JAVIER VELAZA

ENCUENTRO

Yo no puedo pensar como Odiseo
en que al volver a casa
encontraré a mi esposa
esperándome anhelante
con besos y sonrisas
pero veo una línea imaginaria
que me lleva a las líneas de su mano
y de estas a cada obra suya...

                                                          FRANCISCO MORALES SANTOS



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

domingo, 4 de mayo de 2025

las manos de mi madre

Dice Bobin en El vendedor ambulante, “Lo esencial está en eso en lo que no reparas y que está frente a ti”. También dice “lo esencial es aquello que ningún conocimiento puede alcanzar”. Bobin  es el escritor de la luz, lo imperceptible, la dicha. Me recoge, Bobin, en los momentos de desasosiego y agitación. Creo que lo esencial, para mí, es todo aquello que ha traspasado el cedazo de mis cincuenta años, los rostros, gestos, libros que permanecen y forman parte de mí.
En julio mi madre me enseñó uno de sus dibujos de unir los puntos. Me preguntó si reconocía el retrato. Era parte de mi rutina. Terminaba de trabajar, comía en casa de mi madre, me sentaba luego al sofá mientras veíamos la tele o dibujaba sus rompecabezas. Recuerdo, hoy, la última vez que escuché su voz, un trece de diciembre. La despedida habitual, un adiós, un beso en la mejilla. Pocas veces reconocemos una última vez. 
Durante nueve días, mi madre permaneció intubada, sin voz, sin apenas moverse de su cama de hospital salvo para los ejercicios de rehabilitación. Mi madre nos hacía la pregunta muda de qué le había pasado. Nunca le dijimos la causa de su ingreso, en un intento, creíamos, por protegerla y no atemorizarla. El domingo antes de morir, durante dos horas, dirigí a mi madre y conté las veces que levantaba una pierna o un brazo o le hacía contener la respiración antes de soltar todo el aire. Usábamos una pizarra para comunicarnos con ella. Lo último que escribí en ella es lo mucho que la quería. Su último gesto, un beso desde sus labios intubados. 
Esta semana he soñado con mi madre. Repetía su pregunta hospitalaria. En el sueño pude decirle que sufrió un derrame cerebral. 


En julio pasado, el gesto de mi madre enseñándome el retrato a bolígrafo hizo que me sentará a escribir al llegar a casa. Escribí sobre sus manos (como podría haber escrito sobre su voz, sus ojos pequeños, el sabor de sus platos, todo ello ausente hoy, en este mundo con menos luz)




las manos de mi madre


Me enseña su último dibujo, mi madre, una silueta formada por cientos de líneas que atraviesan y se suceden a lo largo de puntos negros. Me pregunta si sé quién es. Wayne, es John Wayne le digo mientras miro el dibujo en mis manos. A mi madre le gustan cuadernos de unir los puntos. Se sienta en el sofá, coge sus bolígrafos de colores, busca el inicio y rastrea los números, que a veces llegan hasta mil. A veces intentamos adivinar el dibujo antes de empezar. Vemos los puntos y los números y todo ese espacio (en) blanco entre en ellos, como materia oscura en un universo finito, y decimos objetos o personajes al azar. Está a punto de cumplir ochenta y dos años, mi madre, se mueve con torpeza y lentitud y miedo y apenas sale a la calle más allá de sus citas médicas. Cuando hablo con ella por teléfono me sorprenden los momentos donde su risa y su voz parecen de niña —e intento imaginarla en su tierra gallega, antes de perder a su madre con ocho años, con zocas de madera y ese caldo que era, decía, la única comida, salvo en navidad, que había galletas; o algo más mayor, llevando a las vacas a pastar con alguno de sus hermanos, o las tardes en casa de la costurera con las demás muchachas de la aldea, o aquella vez que viajaron a la costa y vio por primera vez el mar, o su primera impresión de la gran ciudad: su recuerdo de mirar constantemente hacia el cielo, embobada por la altura de los edificios—.
*
Las manos de mi madre están arrugadas. No tiemblan como las de mi padre. Me gusta observar cuando dibuja o cocina o recoge los platos del escurridor, la paciencia y lentitud de sus gestos, los surcos en su piel blanca, la concentración del buscador. Sé que está triste, mi madre, desde la muerte de mi padre. Que siente la ausencia. Que los muebles le devuelven una frialdad que no había cuando estaban los dos juntos. 
*
Las manos de mi madre tejieron nuestros jerséis de cuando niños, recuerdo la misma concentración de hoy pero una ligereza desaparecida. Veo, a veces, nuestras fotos de niños y sonrío por esos jerséis de los tres hermanos que siento de un rojo cegador. 
*
Las manos de mi madre escribían cartas a su familia. Doblaba una hoja por la mitad, como un libro de cuatro páginas, y escribía con su letra redonda y grande. La recuerdo en la cocina, inclinada sobre la mesa blanca que una vez construyó mi padre, al igual que lo hago yo desde esta mía donde un ventanal de cinco metros a árboles, tejados y, hoy, un cielo brutalmente azul. 
*
Las manos de mi madre descansan cruzadas sobre su regazo. Ve concursos televisivos, escucha la radio —y en mi infancia la radio siempre estaba encendida—, ya no lee —porque de ella eran esos libros extraños dentro de un armario blanco: El padrino, El graduado, Tiburón, Dinero para María…—, espera nuestra llegada para tocarnos el pelo al besar sus mejillas.
*
Las manos de mi madre acompañan su hipo con pequeños saltos. Voy a crecer, dice hoy, como nos decía de niños. El hipo, el verano, las fiebres eran el motivo de nuestros estirones.

22.07.2024

lunes, 24 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Tapias...















"como un diamante oculto en lo más triste"

                                                              CARLOS PELLICER


CERTEZAS

Habéis empujado hacia mí estas piedras.
Me habéis amurallado
para que me acostumbre.
Pero aunque ahora no pueda
ni intente dar un paso,
ni siquiera proyecte fuga alguna,
ya sé que es por allí
por donde quiero ir,
sé por dónde se va.
Mirad, os lo señalo:
por aquella ranura de poniente.

                                              CARMEN MARTÍN GAITE




Feliz lunes. 

Un beso,

Anay

lunes, 3 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Nigra sum...









Roberta Flack, in memoriam

"Cuántas horas tu canción
 me iba diciendo al oído"

                                     ÁNGELES MORA


Lee, amor, cómo lucharon otros
para hacernos más fuertes;
todo eso a lo que hubieron también de renunciar
para que no temiéramos;
y cuántas veces dieron
testimonio leal
que pudiese ayudarnos
como si todo un reino cuidara de nosotros.

Y lee también después sobre la fe
que relumbró en la hoguera;
claros compases de himno
que ningún río pudo sofocar;
nombres de hombres valientes
y celestes mujeres
que, allí donde las crónicas no alcanzan,
pasaron a la gloria.

                                      EMILY DICKINSON
                                      (versión de José Cereijo y María Taibo)




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 24 de febrero de 2025

Los lunes de Anay. Calados...












"Mi yo del ahora
 y tu rostro de antes"

                                    ENRIQUE VIANA SUBERVIOLA


ESPEJO

Ha de llegar el día
en que cuando miremos
la luz de la otra orilla
nada quede en la sombra
y en el cauce del río
se refleje la vida.

                                ALFREDO BUXÁN





Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 2 de diciembre de 2024

Los lunes de Anay. Olmas...






"Esta frágil belleza no durará",
Dice la tierra seca a la gota de agua.

                                                    JOSÉ EMILIO PACHECO

PIEL DE TORTUGA

De nuevo te sorprendo con el arco
listo para la acción más ofensiva.
Después de tanta sangre en tanto ataque,
el tiempo me ha ofrecido su coraza.
De nuevo arrojas afiladas flechas,
pero esta vez se estrellan contra una
dura piel de tortuga. Y no me hieren.

                                                       AMALIA BAUTISTA




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 25 de noviembre de 2024

Los lunes de Anay. Asas...














"Las pequeñas cosas se rompen para hablarnos"

                                                                        SERGIO GARCÍA ZAMORA


NUESTRO PRIMER DESAYUNO

Los dos comemos manzanas verdes
y, a pesar del ácido en la lengua,
seguro vamos a acordarnos de esto
como un momento dulce.

Vos mordés la fruta sin miedo,
mientras que yo uso un cuchillo
para evitar el contacto directo.

De algo tan íntimo y superficial
podríamos sacar varias conclusiones,
pero yo elijo solo dos:
tu capacidad de dejar marcas
en las cosas que tocás
y la distancia instintiva
que toma mi cuerpo
de todo lo que me hace bien.

                                           GUSTAVO YUSTE




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 11 de noviembre de 2024

Los lunes de Anay. Diezmos...








"La cita no pactada"

                             PIEDAD BONNETT


SIN LLAVES Y A OSCURAS

Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.
Entonces salí al pasillo para tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.

                                       FABIÁN CASAS



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 14 de octubre de 2024

Los lunes de Anay. Normativa...


Hace días que no me ubico en ninguna lectura, en ninguna escritura. Inicio novelas y poemarios que dejo a las pocas páginas, incapaz de sentir las palabras. Sólo algunas frases al azar, algunos versos, consiguen moverme. Los últimos versos de Oda Material de Sharon Olds, por ejemplo: “¡Ama solo donde seas amada! Oh, traje de recién nacido / con un gusano que sonríe sobre el corazón: está / prohibido amar donde no somos amados.” —cómo sobresaltan y estremecen estas palabras, ýb—. O estas frases del relato Nada que declarar de Richard Ford: “No un sonido que pudieras oír. Más bien una fuerza como el tiempo, o algo perpetuo” / “En aquella época simplemente pensaba en llegar a alguna parte. Es mucho mejor que partir”, frases que me hacen pensar en el tiempo como en el desierto de Cielo amarillo —“Un desierto es un espacio. Y los espacios se cruzan”—, o en las ensoñaciones adolescentes antes de que la vida se asiente. En estas épocas de no-lecturas lo fragmentario y los cruces me salvan.


Los lunes de Anay. Normativa…

"Ha llegado el momento de hacer algo
 parece que te dice todo el mundo
 y tú dices que sí, con la cabeza."

                                               ENRIQUE LIHN



Mientras sólo
nos observan de reojo,
nos acusan de irrealistas delirantes
y naufragamos
en las lavadoras.
¿Sobreviviremos
al sopor de las cocinas,
a la puntualidad de los recibos?
Seremos
personas cotidianas,
sólo cotidianas
pero no acudiremos a la cita.
Fingiremos morir.

                                       MARTHA KORNBLITH



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 7 de octubre de 2024

Los lunes de Anay. Maresía...












"Tu herida ya tiene un sentido"

                                              LORETO SESMA


PATRONES

Te propongo,
Alma mía,
en esta travesía
de rabia y de tristeza
no rendirnos jamás.

Trimar todas las velas,
cantar en alta mar.

Es una forma de hablar.
Ser mejor que antes.

                                    ANAY SALA



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

miércoles, 2 de octubre de 2024

lunes en miércoles. Los lunes de Anay. Interruptores...












(09.09.24)

“Soy un sentimental de piedra”

                                             KARMELO C. IRIBARREN


APAGÓN

Un recordatorio para cuando lleguen
los momentos de tristeza:
al igual que durante los cortes de luz,
es recomendable salir a comprobar
si sólo somos nosotros
o es en todo el barrio.

                                GUSTAVO YUSTE





Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 30 de septiembre de 2024

Los lunes de Anay. Preview...












"Y es que a veces soñar
 es tan sólo despertar lentamente"
             
                                                  DANIEL ROUSAUD


EL VIDENTE

Puedo ver el futuro, pero no demasiado:
algún matiz, una huella tan tenue
como el vaho borrado en el cristal
o la primera mancha del cáncer invisible.

Me acosa todo aquello que está a punto de ser,
me ensordece la música
que nadie toca.

Mira, el color del miedo.
Esto otro es el sueño que tendrás esta noche.
Esta forma eres tú, o yo, o cualquiera.
Y esta una página que no ha leído nadie.

Cada pregunta hace vibrar el aire
mucho antes de haberla formulado.
Yo descifro los signos del misterio en medio de esa
mortífera blancura.

                                                                        JOSÉ LUIS PIQUERO




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 24 de junio de 2024

Los lunes de Anay. Sibaritas...


"aquí, ahora, yo. No hay más. Acepto."

                                                        VICENTE GALLEGO


EL RINCÓN DEL GOURMET

Una pizca de sal,
un poco de vinagre
balsámico,
un toque alegre
de pimienta.
El tacto
cuenta y el color
anima.

Basta un guiño
agridulce,
una roja
granada
desgranándose
sobre el verde
lecho de la vida.

No olvides
el dorado aceite
que todo lo liga y despierta
las buenas sensaciones,
oscuras,
luminosas.

Apaga la ventana,
amor,
cierra la luz.
Abre la boca.

                    ÁNGELES MORA



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 10 de junio de 2024

Los lunes de Anay. Amapolas...


"es la belleza sorpresiva,
 que no refleja el espejo"

                                      ÁNGELA GARCÍA


OCURRE

Ocurre
que un día voy amando sin ton ni son a todos.
Al vendedor,
al ciego (le compro una estampita),
a la señora gorda, al químico, al sastre,
a todos voy amando con un amor sin bordes,
un amor de Dios manso y justo, si lo hubiera.
Pero también ocurre
que el alma, madrugada,
es como un nervio expuesto a una tenaza.
Y hay escalones falsos
y el amigo que amamos rehúye la mirada.
Caminamos sombríos
sabiendo que el mesero escupe en nuestro plato,
que el profesor calumnia a su colega
y la enfermera
maldice al desahuciado y le sonríe.
Y ocurre
que un día me conmueve la llaga del mendigo,
y extiendo mi sonrisa como un tapete nuevo
para que todos pisen
y se limpien el barro de los pies maltratados,
y la muchacha baile su vals de dos centavos,
y el cartero sacuda sus zapatos deformes.

Ocurre
que al despertarme recuerdo un amigo
que murió hace ya tiempo,
o veo llorar a una mujer viajera
en el amanecer, ¡y es tan hermosa!
Y el amor se atropella, se amotina,
y voy amando a todos sin ton ni son, a todos.

                                                                    PIEDAD BONNETT




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 27 de mayo de 2024

Los lunes de Anay. Senderistas...


Para Fernando y Elena. Zorionak.

"Te cojo de la mano. Me detengo.
 Somos raíz hundiéndose en la tierra."

                                                     JOSEP M. RODRÍGUEZ


UN POCO ANTES DEL ÚLTIMO RECODO

No es lo habitual
pero a veces
sucede
que una mujer y un hombre
acaban encontrándose
al final del camino,
                           un poco antes
del último recodo.

Ya no hay herida que les sea ajena
ni decepción
que pueda sorprenderles:

no perderán el tiempo equivocándose.

                                                      KARMELO C. IRIBARREN



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 6 de mayo de 2024

Los lunes de Anay. Sostenuto...

"Se te ve, calor, se te ve.
 Se te ve lo rojo, el salto,
 la contorsión, el ay ay."

                                      PEDRO SALINAS


NO LLAMES A LA PUERTA

No llames a la puerta, amor,
no abras la caja
no levantes el lienzo,
no preguntes.
Podrían las paredes derrumbarse
cegarse las ventanas
y antiguas mariposas
se desharán en polvo.
No me busques los ojos,
no me beses.
Soy una zarza ardiendo.

                                       PILAR ROMERO BURGOS



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 15 de abril de 2024

Los lunes de Anay. Liquidez...


"cada vez más borroso,
cada vez más borrado."
                                        JAIME SILES


BRINDIS FUNERAL POR EL JOVEN QUE FUI

Aquella manera de dar fuego
a quien me lo pidiera,
la primera calada siempre mía.
En tu muslo dibujo con mi dedo,
desde donde te deja el autobús,
el croquis inexacto hasta mi casa,
un piso compartido con turnos de limpieza
y apuntes por el suelo.
Lunes de filmoteca, vacunas contra el polen,
las ganas de viajar, un café a medianoche,
tres o cuatro lecturas simultáneas,
brindis de alcohol barato, sueños caros.
No os dejéis engañar por la resaca
de la burda nostalgia. Hubo entonces
libros inacabados, multas en bibliotecas,
exámenes suspensos, películas pedantes
y una tos persistente al despertar.
Ni se curó mi alergia, ni volvimos a Roma,
ni encajaron las piezas.
Hoy no fumo, a medianoche duermo,
mis sueños son baratos,
asumo el estornudo, el menor de mis males,
leo y releo sin prisa,
descorcho mejor vino, brindo y viajo
y soy mejor amante.
Descansa en paz, muchacho.
                                                      DAVID J. CALZADO



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 8 de abril de 2024

Los lunes de Anay. Piruletas...

Hoy llueve y hace viento y el cielo gris cruza rápido sobre los montes. Es otra forma de primavera donde la lluvia acrecienta el color de los nuevos brotes. 

Ayer me acerqué al mercado dominical de libros y coleccionismo. Me detuve en las postales y fotografías antiguas con antiguos mensajes de amor y recuerdos entre amantes o familiares, postales que consiguen, por un instante, que esos hombres y mujeres en un difuso blanco y negro y con poses estudiadas parezcan estrellas que nunca mueren. Mi madre guarda las fotos que mi padre le enviaba. Apenas ocupan la palma de mi mano, más sellos que fotografías, primeros planos de mi padre con la mitad de años que tengo hoy yo —la firmeza de su mandíbula y su mirada, el pelo algo alborotado, la camisa blanca bajo la americana negra, el mundo que dejó de existir con su muerte estancado en esas fotografías—. Y detrás palabras de amor y añoranza y corazón roto con su letra grande de muchacho que apenas fue a la escuela. Se desvanece lo corpóreo, creo, lo tangible, aquello que podemos acoger en nuestras manos, cartas, fotografías, postales

Hay un puesto, en el mercado de libros, que me gusta por la excentricidad de su librero. Un poco mayor que yo, canoso, con coleta y barba, es un hombre hablador y ocurrente. Estábamos tres lectores habituales, en una de las esquinas del puesto, y el librero hablaba de cómo aprendió a no ordenar sus libros por nuestra culpa. Cuando empezó, hace años, quería seguir un orden, a veces alfabético, a veces por temática, algo que nos hiciera fácil la búsqueda. Pero desistió. Los lectores sois unos cabrones, nos decía, buscáis y removéis entre las cajas y me hacéis creer que tengo libros atléticos capaces de saltar de una caja a otra. Hemos creado una librería-duna, y junto a una biografía de Churchill te encuentras con novelas de Rosamunde Pilcher, libros sobre la Antártida o poemarios de Derek Walcott. Encuentro cosas interesantes en su puesto, esta vez una trilogía de Danilo Kiš, El palacio de los sueños de Kadaré, los relatos de viajes por su India natal de Ruskin Bond y el propio Walcott. Le gusta recordar una anécdota de José Luis Cuerda cuando nuestra conversación intenta un arreglo perdurable del mundo. Cuerda, nos dice, se reunía con sus amigos. Había embutidos, queso, vino en la mesa. Arreglaban el mundo mientras duraban las raciones. Luego se despedían. Y es aquí donde viene su parte favorita. Nos dice, el librero, que Cuerda se sorprendía cómo, en ese rápido intervalo entre recoger la mesa y abrir la puerta, el mundo volvía a estar descompuesto. Y se ríe. Porque hacemos lo mismo, nos dice. Ahora podríamos ir al siguiente puesto, a un metro de distancia, y el mundo volvería a estar roto. 


Los lunes de Anay. Piruletas…


Miro el jardín y digo: "¡Primavera!"

                                                    CONCHA LAGOS


LEVEDAD

La muchacha
entona una canción elemental, insípida,
mientras va y viene por la casa.
Lleva un traje de flores
ordinario e insulso como los días lunes.
No es tonta,
pero nadie podría decir qué inteligente,
y menos aún qué gracia tiene.
Difícilmente podría recitar las capitales,
jamás
los elementos químicos
ni hablarnos de Beethoven o sor Juana.
La muchacha
llana y vulgar, se pinta ahora las uñas
tarareando su sonsa cantinela.
Su alegría de feria,
rutilante y hermosa en su simpleza,
cae sobre mis manos
escépticas y apáticas
comO un globo de helio que ha equivocado el rumbo.

                                                                          PIEDAD BONNET




Feliz lunes.

Un beso,

Anay.