Hace días que no me ubico en ninguna lectura, en ninguna escritura. Inicio novelas y poemarios que dejo a las pocas páginas, incapaz de sentir las palabras. Sólo algunas frases al azar, algunos versos, consiguen moverme. Los últimos versos de Oda Material de Sharon Olds, por ejemplo: “¡Ama solo donde seas amada! Oh, traje de recién nacido / con un gusano que sonríe sobre el corazón: está / prohibido amar donde no somos amados.” —cómo sobresaltan y estremecen estas palabras, ýb—. O estas frases del relato Nada que declarar de Richard Ford: “No un sonido que pudieras oír. Más bien una fuerza como el tiempo, o algo perpetuo” / “En aquella época simplemente pensaba en llegar a alguna parte. Es mucho mejor que partir”, frases que me hacen pensar en el tiempo como en el desierto de Cielo amarillo —“Un desierto es un espacio. Y los espacios se cruzan”—, o en las ensoñaciones adolescentes antes de que la vida se asiente. En estas épocas de no-lecturas lo fragmentario y los cruces me salvan.
Los lunes de Anay. Normativa…
"Ha llegado el momento de hacer algo
parece que te dice todo el mundo
y tú dices que sí, con la cabeza."
ENRIQUE LIHN
Mientras sólo
nos observan de reojo,
nos acusan de irrealistas delirantes
y naufragamos
en las lavadoras.
¿Sobreviviremos
al sopor de las cocinas,
a la puntualidad de los recibos?
Seremos
personas cotidianas,
sólo cotidianas
pero no acudiremos a la cita.
Fingiremos morir.
MARTHA KORNBLITH
Feliz lunes.
Un beso,
Anay
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