a) Distopía. Estamos fuera de la caverna platónica. Ya no
vemos las sombras en la roca ni los sonidos extraños a nuestra espalda. Creemos
estar ante un lugar nuevo y desconocido donde descubrir la realidad sin
filtros. Y la realidad es la guerra de Vietnam que nunca acaba y los hombres
traumatizados que regresan a casa como espectros, Kennedy que va por su tercer
mandato y un programa gubernamental donde plegar a los excombatientes, tapar
sus traumas para convertir su mente en recuerdos que bordean un vacío (un vacío
que aniquila), los incendios que asolan Flint y Detroit, las revueltas y la
banda motera Banderas Negras como una amenaza silente. La realidad es el
soldado Eugene Allen que escribe Histopía
antes de suicidarse durante un verano y un otoño febriles, que coge un puñado
de sus recuerdos y los altera para crear una historia donde están las drogas,
la locura, la crueldad, la venganza y el deseo y la lucha por desplegar el
vacío creado, una manera de devolver el golpe de haber luchado en Vietnam,
haber vivido en el infierno. La realidad es sólo una capa más, no un lugar
seguro, ni siquiera estable.
b) El plegado. Borrar un trauma tras una representación
de su origen. Más sesiones de tortura. Más la droga Tripizoide. Convertir a un
puñado de excombatientes en marionetas, zombis o drogadictos. El sexo y el agua
fría como método de desplegado. En Histopía,
el soldado Eugene Allen escribe sobre una pareja de agentes que persigue a
Rake, un excombatiente y plegado fallido que viaja a través de Michigan con Meg. El agente Singleton siente
el vacío que le ha dejado el procedimiento de plegado, la agente Wendy sintió
la necesidad de ayudar a los excombatientes en el programa del gobierno y
descubre un sistema enfermo y loco, Meg, también un ser con recuerdos vaciados,
permanentemente drogada para evitar que despierte, Rake, que golpea una y otra vez
tras su regreso de Nam, creando caos y terror, Hank, que se ha plegado a sí
mismo y no quiere volver a ser el hombre violento que intuye fue. Plegados que
luchan por superar el vacío y descubrir el trauma olvidado, que escuchan la
misma voz en sus inmersiones en agua fría, la voz de un muerto que habla de
amor y guerra, de oportunidades perdidas e incomprensión, de una vida extraña.
c) Parejas. Singleton y Wendy. Hank y Meg. Su forma de
acercarse al otro, de afrontar los espacios en blanco, el sexo como punto de
partida hacia el pasado olvidado. Singleton y su manera de proceder militar y
mecánica aun plegado, Wendy que vio a su novio regresar paralítico de Vietnam,
Hank, que huele árboles sanos a kilómetros de distancia, que se sabe cruel en
su vida pasada, que cuida de su madre ida, Meg y su despertar, el recuerdo de
alguien a quien amó. El sexo como forma de desplegarse primero, como amor
después.
d) Qué es real. Hay un momento en Histopía, la novela que escribe Eugene Allen, donde no se sabe si
la misión de Singleton no es más que una prueba y una terapia nueva para
enfrentarse a los soldados que vuelven de Vietnam, y su búsqueda de Rake junto
a Wendy una mentira. O los recuerdos desplegados, si son completos y reales, si
no se han deformado tras el tratamiento y sólo son reflejos alterados. Histopía
es una novela misma, la realidad recreada como forma de ajustar cuentas con el
pasado, de encontrar otro final al horror vivido.
e) Vietnam. Una guerra en la memoria colectiva, las
imágenes de deltas y selvas, de lanchas por el río y túneles bajo tierra, de
helicópteros, signos de paz en el casco y la playa de China, de una retirada y
la caída de Saigón, una guerra alucinógena, los despachos de Herr, el horror de
Kurtz y el olor del napalm, los relatos de O´Brien con las cosas que llevaban
los soldados o la masacre de My Lai de En
el lago de los bosques. En Histopía,
los soldados que regresan de Nam, algunos tan hechos polvo que no pueden ser
plegados, miran de frente a sus recuerdos y sobreviven a ellos o se adentran en
el estado de Michigan y arrasan con él, la voz de un soldado muerto al
desplegarse Meg o Singleton y que los une y los acoge y les da un sentido.
e) David Means. Histopía
se abre con notas del editor y de Eugene Allen, con entrevistas a quienes
conocieron a Allen y que hablan sobre su suicidio, sus meses de escritura, su
regreso de Vietnam tocado por lo que vivió allá. Luego, la novela de Allen,
donde un puñado de seres plegados intenta superar sus traumas y saber quiénes
son realmente. Y, al final, de nuevo, las notas de suicidio de Allen y las
palabras del editor. Means crea una historia violenta, extraña y alucinógena,
una mezcla de road movie e historia
paranoica, una búsqueda y la percepción alterada como en las novelas de Philip
K. Dick, se acerca a Vietnam a través de la psicosis de guerra y una realidad
alternativa.
―En
caso de buenos amigos con un pasado mutuo, el trauma de guerra se plegará junto
con otros recuerdos residuales concomitantes con la pérdida, de modo que
alguien que ha perdido a un buen colega del pueblo, por ejemplo, plegará
también pequeños detalles de su vida: jugar al fútbol, pescar, las excursiones,
los piques entre coches en calles desiertas, las citas dobles, todo lo
vinculado a la pérdida ―dijo Sungleton―. Algunos dicen que, en teoría, todos
los recuerdos relacionados con el trauma se reprimen a sí mismos en una especie
de reacción secuencial: desaparece un recuerdo y eso hace que lo haga otro
tocante y luego otro tocante a éste; así que en el caso de un trauma de grandes
proporciones, como la pérdida no sólo de un compañero de batalla sino de un
amigo querido de antes de la guerra, el sujeto (es decir: yo) perderá, en
teoría un montón de recuerdos del pasado.
David Means. Histopía.
Traducción de Jon Bilbao. Editorial Sexto Piso.
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