Las señales nos marcan el camino.
Hay flechas de piedras en el suelo
y tocones de madera
donde se dejan recuerdos
que celebran vidas extinguidas.
Seguimos las señales que marcan
el final de la tierra.
Y ahí, en el abismo último,
veremos el sol hundirse sobre el mar.
Y la luna tras los montes.
Y bajo esa intersección en el cielo,
tú y yo
y una pequeña hoguera.
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