Una vez, después de la clase
de la tarde, regresó a su despacho y se sentó a la mesa, intentando leer. Era
invierno y había caído una nevada durante el día, por lo que la puerta exterior
estaba cubierta de blanca suavidad. La oficina estaba sobrecalentada, abrió la
ventana cercana a la mesa para que el aire frío entrara en la habitación
cerrada. Respiró profundamente y dejó que sus ojos vagaran por el suelo blanco
del campus. En un impulso encendió la luz de su escritorio y se sentó en la caliente
oscuridad de su despacho, el aire frío le llenaba los pulmones y se inclinó
hacia la ventana abierta. Escuchó el silencio de la noche invernal y le pareció
que de algún modo percibía los sonidos absorbidos por el delicado e intrincado
ser celular de la nieve. Nada se movía sobre la blancura, era una escena muerta
que parecía tirar de él para absorber su consciencia justo mientras extraía el
sonido del aire y lo enterraba bajo una fría y blanca suavidad. Se sentía
atraído hacia fuera, hacia la blancura que se extendía tan lejos como le
alcanzaba la vista y que era una parte de la oscuridad desde la que relucía
bajo el cielo claro y sin nubes, sin altura ni profundidad. Por un instante
sintió que abandonaba su cuerpo, que permanecía sentado quieto frente a la ventana
y mientras sentía que se deslizaba, todo –la lisa blancura, los árboles, las
altas columnas, la noche, las estrellas lejanas- parecía increíblemente pequeño
y distante, como reducido hasta la nada. Luego, tras él, un radiador hizo
ruido. Se movió y la escena volvió al origen. Con un alivio curiosamente
desganado, apagó de golpe la lámpara de su despacho. Tomó un libro y algunos
papeles, salió de la oficina, caminó a través de los oscuros pasillos y se
abrió paso a través de las dobles puertas anchas de la parte trasera del Jesse
Hall. Se fue caminando despacio a casa, consciente de cada huella que crujía
con ruido sordo sobre la nieve seca.
John Williams. Stoner. Traducción de Antonio Díez Fernández. Ediciones
Baile del sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario