Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop

lunes, 31 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Minucias...

No hay sombras en el cielo, hoy. Me gusta esta luz de inicio de primavera, es pura y suave, aún sin la fuerza de finales de mayo. Acompaña y calma.

Hay títulos que se distinguen de otros según qué épocas. Por ejemplo, el ensayo o la no-ficción Vivir con nuestros muertos. Dudé de iniciar su lectura esta mañana, en el tren. Sabía que hablaba de duelos y ritos, pero ignoraba si estaba preparado para una lectura que enfrenta la muerte y nuestra relación con los muertos. Mientras leía las primeras páginas encontré una mascarilla doblada en el bolsillo de mi sudadera. Era la última mascarilla que me puse en el hospital y la sudadera que llevaba puesta la tarde de lunes que vi morir a mi madre (ese lunes de diciembre había nubarrones y llovía). Cualquier objeto, olor, sonido puede traerme de vuelta el recuerdo de mis padres jóvenes o las tardes donde fueron sedados y sólo podíamos acariciarlos antes del frío. De las primeras páginas rescato una frase de una adolescente en el entierro de su madre, colaboradora de la revista Charlie Hebdo y que fue asesinada en los ataques a la redacción de hace diez años. Le pregunta a la autora, tras lanzar un puñado de tierra al ataúd: "Entonces, ¿ya está? ¿Mamá nunca volverá?” Me sentí igual, a mis cincuenta años, cuando cerramos los ataúdes de mis padres. Mientras estuvieron tras el cristal, mis padres, aún parecían estar a nuestro lado. Ahora pienso, ojalá mi madre pudiera ver esta luz. Ahora recuerdo las macetas que florecían por estos meses en su balcón, su sonrisa y lentitud, sus besos de despedida.


Los lunes de Anay. Minucias…

"He movido la noche para que cante el sol"

                                                                 ÁNGEL GUINDA   

LA VOZ

Por las avenidas del parque,
como una canica de cristal,
tu voz vibrante
se me adelanta.
Corre por los techos,
entre las hojas,
en el susurro del otoño
encuentra su música.
Frena de golpe
junto a ese banco
donde hay un farol roto.
La risa de tu canica de cristal
lanza chispas
y de pronto el farol roto
se ilumina.

                                        NIKA TURBINA
                                        (Versión de Natalia Litvinova)




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 24 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Tapias...















"como un diamante oculto en lo más triste"

                                                              CARLOS PELLICER


CERTEZAS

Habéis empujado hacia mí estas piedras.
Me habéis amurallado
para que me acostumbre.
Pero aunque ahora no pueda
ni intente dar un paso,
ni siquiera proyecte fuga alguna,
ya sé que es por allí
por donde quiero ir,
sé por dónde se va.
Mirad, os lo señalo:
por aquella ranura de poniente.

                                              CARMEN MARTÍN GAITE




Feliz lunes. 

Un beso,

Anay

lunes, 10 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Partículas...

"Como un náufrago rescatado"

                                              ALBERTO CHESSA


Y TAMBIÉN LA POESÍA (POÉTICA)

Quiero volver a casa.
A esa que conozco y que no he visto,
en la que nunca he estado, pero es mía,
que extraño como no he extrañado a nadie,
que veo en las personas en el metro
y en la lluvia o en la luna llena de suspiros
y en el sol cuando entra roto en mi ventana,
en la luz de mi vecino a medianoche,
en el tedio de facebook y de twitter.

Me pareciera ir de camino a casa, a veces,
en las buenas conversaciones con amigos,
pero siempre están de paso, peregrinos,
y me encuentro en tierra extraña, nuevamente,
No es casa ningún sitio, siempre es búsqueda,
no sé bien qué es casa, mas no es esto,
pero sé que es verdad porque la extraño,
y que aún no está aquí, porque aún duele.

Quiero volver a casa algún día.

Por eso - mientras tanto - la poesía.

                                                        MARCELA DUQUE




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 3 de marzo de 2025

Los lunes de Anay. Nigra sum...









Roberta Flack, in memoriam

"Cuántas horas tu canción
 me iba diciendo al oído"

                                     ÁNGELES MORA


Lee, amor, cómo lucharon otros
para hacernos más fuertes;
todo eso a lo que hubieron también de renunciar
para que no temiéramos;
y cuántas veces dieron
testimonio leal
que pudiese ayudarnos
como si todo un reino cuidara de nosotros.

Y lee también después sobre la fe
que relumbró en la hoguera;
claros compases de himno
que ningún río pudo sofocar;
nombres de hombres valientes
y celestes mujeres
que, allí donde las crónicas no alcanzan,
pasaron a la gloria.

                                      EMILY DICKINSON
                                      (versión de José Cereijo y María Taibo)




Feliz lunes.

Un beso,

Anay