Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop

lunes, 4 de diciembre de 2023

Los lunes de Anay. Timeless...

Han empezado a llegar las postales navideñas. Apenas un puñado en comparación con las centenares que repartíamos años atrás. Hace un par de días repartí las escritas por una hermana a sus tres hermanos, ella en tierras riojanas, ellos apenas distanciados unos portales —en los sobres blancos, una letra redonda y amable—. A veces recojo postales escritas por los niños y niñas a nuestro olentzero o a Papá Noel, unas hojas con trazos dubitativos, letras de colores y dibujos de navidad. Mis padres, cada diciembre, escribían a la familia con aquellas fórmulas añejas y desgastadas, esperando que al recibo de la presente vos encontréis bien… Y yo mismo, no hace tanto, intentaba componer una veintena de mensajes diferentes con mi apagado espíritu navideño a Houston, Tallahasse, Mitrovica, a Madrid, Lugo, Vitoria.  
Hoy las postales y las cartas son sombras de un pasado que se desvanece poco a poco. 
Hace un año nos hicimos pasar por el olentzero, e. y yo, en una postal para los hijos de una amiga. Les decíamos, como olentzero, que nos gustaba su familia, sus juegos, lo orgullosos que estábamos de todo lo que eran y de todo el amor que daban —una postal margarita, lo sé—. Cada noviembre, antes de la rapidez de estos días, le digo a e. que me gustaría dejar un pequeño mensaje en los buzones a los niños de mi sección —o a los niños que habitan en los que hoy somos—.
Ahora sólo escriben cartas los presos. El pasado mes, las cartas de un preso a una mujer con corazones y frases de amor dibujados con manos que parecían de niño. Y las de otro preso a su madre, donde escribía la cuenta atrás de su libertad bajo su remite —siete meses y trece días, decía en la última carta—. Ahora sólo los presos escriben cartas de amor.
*

Estos días de viento y otoño encuentro hojas secas en el interior de los portales. Y ando bajo árboles de lluvia —las gotas en suspenso en las ramas desnudas, el brillo en su centro, la cadencia de la lluvia tras la lluvia cuando una ráfaga revuelve los árboles—. A veces, en las tormentas que llegan de improviso y desaparecen en minutos, me resguardo en un portal y veo pasar el cielo cambiante, la blancura que ciega los montes, y espero. 


Los lunes de Anay. Timeless…

"Abrir brecha en la sombra, respirar"
                                                             EDUARDO GARCÍA

FLORES

Algunos hombres nunca lo piensan.
Tú sí, tú te presentabas
y decías que casi me habías traído flores
pero algo había ido mal.

La tienda había cerrado. O tuviste dudas –
de la clase que mentes como las nuestras
tienen sin cesar. Pensaste que
yo podría no querer tus flores.

Aquello me hacía sonreír y abrazarte.
Ahora sólo puedo sonreír.

Pero, mira, las flores que casi trajiste
han durado todo este tiempo.
                                                   WENDY COPE
                                                   (Versión de Ana Isabel Barreiro)




Feliz lunes.

Un beso,

Anay

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