Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop

viernes, 23 de febrero de 2018

pirámides

Hoy las farolas se han apagado a las 07.57 de la mañana.
Esperaba la salida del sol 
entre las pirámides del viejo parque de atracciones,
esas que vimos nevadas
en nuestro primer invierno juntos.
Fue profético,
todas esas luces apagadas en un mismo instante.
Fuera, los coches congelados aguardaban el deshielo.
Cuando era niño y me sentía alterado
respiraba sobre la ventana
para dejar marcado mi nombre,
un corazón o una estrella de puntas infinitas.
Era un gesto que me apaciguaba.
Había creado algo, por muy frágil
o efímero que fuera.
Hoy dibujé un asterisco
en el cristal empañado,
como Vonnegut en sus libros,
y lo vi desvanecerse poco a poco
a este lado del invierno.
Es mi ritual diario,
espero la salida del sol
y recuerdo aquel día donde la nieve
cubrió las pirámides
del parque de atracciones abandonado
y pensé en lo asombroso del paisaje
que teníamos delante.
Así nuestro amor, Elena,
la sencillez y la pureza de la nieve
lo inesperado de las pirámides y
la primera luz del sol.

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