Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop

lunes, 16 de junio de 2025

Los lunes de Anay. Credos...

Es ahora cuando asumo que he cumplido cincuenta. En febrero, dos meses después de la muerte de mi madre, mi primer cumpleaños sin ella y sin mis padres, la celebración fue triste y bonita, pero sin rastro del tiempo pasado —sí de espacios vacíos—. 
Hace poco escuché a Berto Romero decir que a sus cincuenta sentía ser la misma persona que era a los veinte. Dick hablaba de todos los yoes, todos los tiempos que tenemos dentro. Vamos sumando capa sobre capa y, a veces, somos capaces de recuperar una de ellas entre la vorágine de la rutina. A mis cincuenta encuentro aún al niño que fui, solitario, alocado, la búsqueda de un orden en los juegos de construcción y las series de números que escribía en cuadernos de papel pautado. También, la soledad cinéfila de mi adolescencia, el gusto por el viento y el cielo brutalmente estrellado de las noches de verano, la escucha atenta de otras historias —recuerdos de guerra, romerías, inviernos alrededor de la cocina, como antaño junto a una pequeña hoguera resplandeciendo—. Y las caras del amor y el miedo, el descubrimiento de la lentitud, la literatura y la muerte, la belleza en un camino blanco y el vuelo de una bandada de golondrinas,  la culpa y el olvido de todos estos años hasta hoy. La constante de la soledad y el silencio. 
Hace pocos días que me pregunto por estos cincuenta y los años futuros. Qué habrá de nuevo y cómo será mirar hacia atrás desde una distancia cada vez más lejana. Imagino, por los últimos años de mis padres, que me volveré nostálgico impetuoso, se acrecentarán los miedos, extrañaré todo aquello que una vez hacíamos sin dolor o temblor y haré listas de momentos vividos como espejismos: gauchos a caballo entre el tráfico, la quema de una página de Jack London como ritual en el fin de la tierra, los caminos blanqueados por la luz de la luna, los agujeros de bala en un puente de Novi Sad, la diminuta mano de mi sobrino, al poco de nacer, abarcando mi dedo índice.



Los lunes de Anay. Credos…

A mis 50.

"La luz del sol no sabe lo que hace
y por eso no se equivoca y es 
comunal y buena"

                                                 FERNANDO PESSOA



Andar, mirar mucho hacia arriba
repetir aquí no basta
con un pie que tiembla
Acaso es que es
mentira
no existe otro
lugar
Algo alguien
¿verdad?
tiene que haber
Si no      dime
cómo es que hay
un niño que va dejando arroz
para que baje un pájaro
hasta su mano

                                              CARLA NYMAN



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 9 de junio de 2025

Los lunes de Anay. Aftersun...

Desde hace más de tres años, cierro la puerta de casa a las cinco y media de la mañana. En invierno, las heladas y la oscuridad. Hoy, la primera luz en el cielo y Venus sobre los montes —busco su destello mientras me digo buen camino y doy los buenos días a mis padres. Y si estoy triste o nervioso, repito aquel mantra del reiki “sólo por hoy…”— Apenas el ruido de los pabellones del polígono cercano, el retumbo de algún coche, el gorjeo de los mirlos junto a la estación del metro. Poca gente, siempre los mismos en el mismo lugar del andén y los vagones, como una superstición. Leo, de pie en el metro y luego sentado en el tren, los reencuentros de Delbo, años después, con sus compañeras supervivientes de los campos de concentración. Es una lectura bella y dura, porque la escritura de Delbo es bella y dura al escribir sobre la imposibilidad del regreso (volver no significa regresar), sobre la no existencia y ausencia de palabras y la negación del llanto, sobre retomar la vida de a poco, y preguntarse, al ver un rostro, si les hubiera ayudado a caminar. La voz de esas mujeres me acompaña en su intento de volver a la vida mientras, fuera del tren, un amanecer carmesí. 


Los lunes de Anay. Aftersun…

"Tú no tienes la culpa del incendio"

                                                    JESÚS COTTA

PURA VIDA

Con la melena
al viento,
ondeando,
y esa mezcla de recato y brío,
la cajera
del supermercado
cruza el parque
en bicicleta
hacia la playa,
                     y me adelanta
y es...no sé...
cómo decirlo...

todo lo contrario
a que te adelante
una funeraria.

                             KARMELO C. IRIBARREN



Feliz lunes.

Un beso,

Anay

lunes, 2 de junio de 2025

Los lunes de Anay. Sendas...



"tenemos sed
 y paciencias de animal"

                                   JUAN GELMAN


una última cosa

si las preguntas
¿cómo estás?
¿cuántos años tienes?
¿cuáles son tus planes para mañana?
hacen que te sientas suspendido
como el tiempo en la costa
antes de un huracán
déjame advertir
que una caminata
bajo un clima adecuado
pudiera terminar en otro país.

                                            JORGE ORLANDO CORREA




Feliz lunes.

Un beso,

Anay