Piensa en el largo camino de regreso.
¿Tendríamos que habernos quedado
en casa pensando en este lugar?
¿Dónde estaríamos ahora?

Elizabeth Bishop

miércoles, 19 de octubre de 2016

Richard Ford en La última oportunidad

En Vietnam, Quinn se había convertido en un virtuoso del estudio de la luz. La luz desempañaba un papel decisivo en el modo como te comportabas, y te las arreglabas para sobrevivir, pues todo era cuestión de ver y no ver. La adecuada distribución de neblina oriental y verde de estiércol en la superficie de un arrozal desierto, y una hilera de palmeras, era capaz de hacerte dar un salto y, durante un momento especial, un momento celestial, no te encontrabas allí, sino muy lejos, en una playa del lago Michigan envuelta en la neblina gris de la tarde, con patos que parecían copos de espacio gris volando en dirección a Indiana, y el día entero se apoyaba dulcemente sobre una pesada ráfaga de aire nocturno. Y entonces podías olvidarte de todo, relajar los ojos, salir de ti mismo por un momento y sentirte en comunión con el mundo antes de que el paisaje recuperase su función de zona de guerra.
Richard Ford. La última oportunidad. Traducción de Mariano Antolín Rato. Anagrama.

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